El Gallo y el Toro


Dispuesta esta la gallera, soltaron los gallos
esta listo el cordobés, con su pecho erijo
el gallo de Sanjacinto, afilo su espuela
no se habían conocido y los presentaron en esa pelea
Habían mas de 100 personas, gritándole al gallo
querían ver a uno tendido, con sangre en la valla
lista la plata en la mano y cobrando el que gana
y en este duelo no hay fallo, por que aquí muere el gallo que falla
dispuesto estaba el torero y también el toro
a la misma hora y día, pero en otra plaza
el confundido animal, sin saber que pasa
furioso se defendía, del hombre de oro, de manto y espada
Han salido los caballos y hombres con lanzas
llena estaba la plaza ,para ver morir al toro
en ese mismo instante, uno de los gallos falla
y el toro acorralado, sin darse cuenta, le clavan la espada
Hay un gallo victorioso con sangre en el pico
por dentro se le ve triste, pero no a su amo
y en ese mismo momento, pasean cargado
a un hombre vestido de oro, que mato a un toro, acorralado y cansado
Con un último suspiro, el toro miro al cielo
el gallo en su delirio, no cocorotiaba
ninguno de los dos, entendía q pasaba
porque si estaban muriendo, la gente a su lado, toda celebraba
esta listo el cordobés, con su pecho erijo
el gallo de Sanjacinto, afilo su espuela
no se habían conocido y los presentaron en esa pelea
Habían mas de 100 personas, gritándole al gallo
querían ver a uno tendido, con sangre en la valla
lista la plata en la mano y cobrando el que gana
y en este duelo no hay fallo, por que aquí muere el gallo que falla
dispuesto estaba el torero y también el toro
a la misma hora y día, pero en otra plaza
el confundido animal, sin saber que pasa
furioso se defendía, del hombre de oro, de manto y espada
Han salido los caballos y hombres con lanzas
llena estaba la plaza ,para ver morir al toro
en ese mismo instante, uno de los gallos falla
y el toro acorralado, sin darse cuenta, le clavan la espada
Hay un gallo victorioso con sangre en el pico
por dentro se le ve triste, pero no a su amo
y en ese mismo momento, pasean cargado
a un hombre vestido de oro, que mato a un toro, acorralado y cansado
Con un último suspiro, el toro miro al cielo
el gallo en su delirio, no cocorotiaba
ninguno de los dos, entendía q pasaba
porque si estaban muriendo, la gente a su lado, toda celebraba
Diego Mejia Cardona
Comunicador Social
Comunicador Social
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